Entrevista a Sofía Rodríguez: “Deseando volver”

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Stephenville es una pequeña ciudad de Texas con cerca de 22.000 habitantes. Sin embargo, se trata de la ciudad con más vaqueros profesionales por metro cuadrado del mundo. No en vano presume de ser la “Capital mundial del vaquero”.

Stephenville recibe su nombre de John M. Stephen quien, en 1854, donó las tierras para el establecimiento de la villa, unas tierras que originalmente eran territorio comanche, nada menos.

Capital del condado de Erath, es la sede de la Tarleton State University, la universidad escogida por nuestra actual Campeona Regional Femenina, Sofía Rodríguez Pérez (Santa Cruz de Bezana 2001), para compaginar la carrera de Psicología con la práctica del golf en la primera división de la liga universitaria estadounidense (NCAA).

La joven cántabra, que regresó a la universidad tejana tras el paréntesis navideño, se encontraba en Estados Unidos cuando estalló la pandemia del Covid-19.

 

P: ¿Había algún movimiento sobre el coronavirus a tu regreso a Stephenville?

R: Había los lógicos comentarios sobre la pandemia, sonaba a algo como muy lejano.

P: ¿Cuándo toman las autoridades universitarias la decisión de cerrar la universidad y continuar con las clases on-line?

R: Me pilló en Chicago. Aprovechando la semana de febrero que nos correspondía de vacaciones y que una de mis compañeras de apartamento, que es de Malasia, tiene familia allí, fuimos a conocerlo. Estábamos casi haciendo las mochilas para regresar cuando nos llegó la noticia de que se suspendían las clases presenciales.

P: ¿Había mucha inquietud en Stephenville?

R: No, apenas había contagios, según las autoridades civiles, pero los rectores decidieron prevenir que curar.

P: ¿Cuándo decides regresar?

R: Pues hablé con mis padres y con la competición suspendida y sin clases presenciales, quedarse allí era un poco arriesgarse y perder el tiempo. En las primeras fechas de marzo ya estaba de nuevo en casa.

P: ¿La universidad no contempla la posibilidad de abrir para los exámenes fin de curso?

R: No. El rectorado cree que los viajes de ida y vuelta sólo para los exámenes presenciales serían un esfuerzo económico extra para las familias. Lo peor es el golf, que on-line no se puede. Esperamos que nos den un año de prórroga y poder recuperar. Son gente muy considerada con esos detalles.

 

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Sofía con el uniforme de la Tarleton State University

 

P: ¿Qué tal te están yendo las clases en tu primer año y en otro idioma?

R: Bien. En el primer semestre saque la media más alta posible. En lo que va del segundo, entre las presenciales y las on-line espero estar a la misma altura.

P: ¿Cuantos años son de carrera?

R: Cuatro.

P: ¿Se elige pronto la especialidad en el sistema estadounidense?

R: A medida que vaya avanzado en contenidos tomare la decisión. Hay tiempo de sobra. Además, no te agobian con la decisión, te informan y asesoran. Por esa parte estoy tranquila, son gente que sabe acomodar los estudios a las necesidades reales de cada alumno.

P: ¿Qué tal te adaptaste al nuevo estilo de vida?

R: Mejor de lo que esperaba, la verdad. Son gente muy abierta. Yo, como sabes, soy un poco tímida, bueno, pues a pesar de eso, me encontrado muy arropada.

P: ¿Qué tal son las instalaciones académicas?

R: Buenas, a la última. Todo muy cuidado, y respetuoso con el medio ambiente.

P: ¿Y las deportivas?

R: También muy buenas. Al menos en los campos en los que he jugado hasta ahora. Algunos me han recordado a Nestares, por lo largos y sobre todo en el paisaje, aunque algo más complicados.

P: ¿En dónde te alojas?

R: En un apartamento de los que hay en el campus. Lo ocupamos cuatro chicas, dos americanas de la zona, una malaya y yo.  

P: ¿Hay más españoles entre los alumnos?

R: No. Solo mi coach, que es de Madrid, y yo.

P: ¿Qué es lo que peor has llevado?

R: La comida (se ríe). Todo es como demasiado dulce. Lo bueno es que para remediarlo me he hecho un poco cocinillas. Las tortillas de patata tienen fila (se vuelve a reír).

P: Vamos al Golf. ¿Estás contentan con el sistema de entrenamientos de Tarleton?

R: Sí. Es una rutina constante y progresiva, a mí me viene muy bien.

P: ¿Cuántos días entrenas?

R. Cinco veces por semana, unas dos horas y media cada entreno, a lo que hay que añadir tres días que hacemos físico. Además, cuando no hay competición, entrenamos por nuestra cuenta.

P: ¿Formar parte del equipo supuso tu primera satisfacción?

R: Claro. Además, hay muy buen ambiente entre las cinco chicas del equipo.

P: ¿Como llevas la competición?

R: Me amoldé mejor de lo que pensaba. De los cinco torneos que disputé en el primer semestre de la Liga NCAA (Lone Star Coference Division II), gané una, en dos quedé dentro del top 10 y en las otras dos, dentro de top 20.

P: Con estos resultados. ¿Ya tendrás galones dentro del equipo?

R: (Se ríe) En los dos torneos que pude disputar del segundo semestre hice 2ª y 15ª. En agosto pasábamos a la Division I con lo que cambiamos a la conferencia Western Athletic de la liga NCAA.

P: Una pena lo del parón

R: Pues sí, nos ha venido mal en todos los sentidos. Lo peor es que no puedes hacer nada.

P: ¿Y ahora que estás en casa que echas de menos de Stephenville?    

R: Sin duda a mis compañeras de apartamento. Tenemos muy buena sintonía. Y a algunas compañeras más con las que tengo muy buena relación, ya te digo que son muy abiertos y agradables.

P: ¿Cómo llevas en confinamiento?

R: Bueno. Las clases on-line llevan su tiempo. Me he hecho la rutina de hacer ejercicio, golpear bolas sobre una manta que coloco estratégicamente mi padre y ejercito el approach y también el putt en un hoyo que también nos ha hecho mi padre. Eso sin olvidarme de la cocina…  de cara a la vuelta a Tarleton. Entre lo uno y lo otro no tengo mucho tiempo libre (se ríe).

 

Después de la conversación, parece claro que el Covid no ha mermado los ánimos ni las aspiraciones de nuestra Campeona Regional. Tanto Jorge como Silvia (sus padres), sin duda, estarán orgullosos del desempeño de su hija en este primer y peculiar año, tanto en las aulas como en el campo de golf y aprovechan para disfrutar de su presencia inesperada en estos meses tan difíciles, a sabiendas de que la joven cántabra ya está impaciente por continuar con su carrera una vez la pandemia nos permita recuperar cierta normalidad, deseando volver a la Capital Mundial del Vaquero a dejar su huella.

Entrevista de: Tomás Blanco Álvarez