
ELISABETH ESCAGEDO
Pocos días después de convertirse en profesional, el cántabro Javier Ballesteros, hijo del legendario Seve, charla con la Federación Cántabra de Golf sobre sus proyectos y percepciones de su meteórica carrera a corto y largo plazo.
1. Ante todo, felicidades por ese nuevo estatus que tienes desde hace poco en el mundo del golf, el de profesional. ¿Te ha costado mucho decidirte a dar este paso o era algo que tenías muy claro?
¡¡Gracias!! No, la verdad que no me ha costado, desde que era pequeño lo que más me ha gustado y me gusta es el golf así que no tenia ninguna duda en dar el paso. Tenía ya muchas ganas de hacerme pro.
2. Supongo que una de las ventajas que tienes es que habrás escuchado muchos consejos…¿alguno en particular que siempre traigas a la mente?
Siempre me quedo con uno que me dio mi padre y fue que tratara de jugar con la máxima naturalidad posible. Además de que siempre decía que había que trabajar mucho para llegar donde uno quiere.
3. Es una pregunta odiosa y obligada pero… las comparaciones serán inevitables. Por un lado será un orgullo, por otro presión supongo…
¡¡Nada de presion!! Es un orgullo que me comparen con mi padre, pero lo que el hizo es muy difícil de igualar o acercarse a ello, así que yo voy a lo mío poco a poco sin presión ni nada.
4. A partir de ahora, ¿compaginarás tus estudios de derecho con la presidencia de la Fundación Ballesteros y el golf a nivel profesional?
La verdad que los estudios los tengo algo aparcados pero los acabaré, lo que no sé es cuándo! y sí, compaginaré la Fundación con el golf a nivel profesional, pero la mayoría de tiempo será para el golf.
5. El próximo 11 y 12 de diciembre jugarás la primera fase de la Escuela del Alps Tour, ¿cómo afrontas tu primera competición a este nivel?
Bueno, la verdad que con ganas de hacerlo bien y sacar la tarjeta para poder jugar el año que viene. Con algo de nervios e incertidumbre por llamarlo de alguna manera por ser mi primer torneo, pero yo soy tranquilo en el campo así que más que nada con muchas ganas.
6. Y ya para acabar, la licencia con la que te has convertido en profesional ha sido del Real Golf de Pedreña, una licencia cántabra y, aunque resides en Madrid, es un guiño a las raíces supongo ¿no?
Pedreña es un sitio especial, no se me pasaría por la cabeza cambiar nunca la licencia.